Si la Piña Colada es la reina del día, el Blue Hawaiian es el rey de la fiesta nocturna en la playa. A menudo confundido con su prima hermana (el Blue Hawaii), este cóctel es básicamente una Piña Colada que decidió ponerse un traje de neón. Famoso por su aparición en la cultura pop y asociado inevitablemente a Elvis Presley y la locura Tiki de los años 50, es el trago definitivo para quienes comen (y beben) por los ojos.
No te dejes intimidar por su color de piscina radioactiva. Detrás de ese azul espectacular se esconde un sabor serio y delicioso. El Curaçao Azul no solo aporta color, sino que introduce notas de naranja amarga que cortan la cremosidad del coco, haciendo que el trago sea ligeramente más complejo y menos monótono que la receta tradicional de piña.
No es solo colorante (Insight del Bartender)
El gran error con los tragos azules es usar licores baratos que saben a jarabe para la tos. Aquí buscamos calidad.
La base debe ser un Ron Blanco ligero que respete la fruta, como Bacardí Carta Blanca o Havana Club 3. Para el protagonista visual, el Curaçao Azul, te recomiendo marcas como Bols o Marie Brizard; queremos sabor a piel de naranja real, no solo azúcar azul. Y, por supuesto, la regla de oro del coco se mantiene: usa Crema de Coco (Coco López), nunca leche ni agua de coco, o perderás esa textura sedosa que lo hace irresistible.

