El nombre León Marino evoca la costa y la brisa marina, y sus ingredientes, aunque inusuales, confirman su perfil tropical. ¿Qué te parecería mezclar dos mundos opuestos, como la caña del ron y la uva del vino blanco? Este cóctel es una oda a la sencillez y al espíritu aventurero de la barra. Es un trago largo, diseñado para beberse muy frío, con la acidez floral del vino compensando la dulzura del ron.
Es una de esas recetas directas que demuestran que, a veces, las combinaciones más sencillas son las más sorprendentes. Es un cóctel honesto, pensado para refrescar sin complicaciones, ideal para una tarde de verano.
La Dualidad de la Copa (Insight del Bartender)
La clave aquí es la calidad del vino. Dado que el ron blanco ya aporta dulzor, te recomendamos usar un **Vino Blanco Seco** y con buena acidez, como un Sauvignon Blanc o un Pinot Grigio, para que el dulzor general no sea excesivo. El ron debe ser ligero y limpio, como un Havana Club Añejo 3 Años o un Bacardí Carta Blanca. La calidad del destilado es importante ya que se mezcla con un producto tan delicado como el vino.
Corrección Técnica: La receta original pide azúcar granulada. Si no quieres que los cristales se queden en el fondo sin disolver, usa siempre **Jarabe Simple (Goma)** en su lugar. Las 2-4 cucharaditas se traducen a unos 1 a 1 1/2 oz de jarabe, dependiendo de lo dulce que quieras el vino.

