Sugerente y sexy. Lo es el nombre y el cóctel. Se ofrecía a los amantes que se citaban en moteles y es perfecto tanto para tomar por la tarde o por la noche Eso sí, solo una única condición a la hora de tomarlo: que sea en una situación picante.
Están a punto de ser las doce de la noche. Es 31 de Diciembre y ¿qué es lo mejor que puedes tener en la mano para brindar por el nuevo año? Un cóctel de Champagne Granada.
¿Un cóctel con nombre de cañón de guerra? Fue preparado por primera vez por un famoso piloto franco-estadounidense, Raoul Lufbery, durante la primera Guerra Mundial. A Lufbery le gustaba el Champagne pero necesitaba algo con más empuje y le añadió ginebra.
Tequila + Ron blanco + Vodka + Ginebra + Triple sec + Bebida de cola + Jugo de limón + Jarabe de azúcar
Puede ser que después de beberlo dejes de comer, empieces a padecer una palidez extrema, no soportes el ajo, te asustes al ver una estaca y pases a hacer vida nocturna al no poder soportar la luz del sol. Tranquilo. Este trago fue creado por la empresa de licor mexicano Kahlúa con motivo de la celebración de Halloween y hay quien dice que tras probarla estás más cerca de convertirte en vampiro. Pero es sólo una leyenda.
Ron blanco + Vino tinto + Triple sec + Jugo de limón + Jarabe de azúcar
Trago de miedo para Halloween.
Tiene su origen después de la Segunda Guerra Mundial donde se popularizó el término Kamikaze. Palabra de origen japonés, significa viento divino, y era usada por los traductores estadounidenses para definir los ataques suicidas realizados por pilotos de la Armada Imperial de Japón contra embarcaciones aliadas.
Energía aporta seguro este trago que se caracteriza por su fuerza. De hecho, la presencia del vermouth seco se lleva todos los aplausos pero el sabor del vodka mezclado con el curaçao azul le aporta un color especial y hace de él un cóctel peligroso.
Lo quiero, no lo quiero, lo quiero, no lo quiero… Deja de deshojar la Margarita y pide este trago en la primera oportunidad que se te presente.
Fue inventado por el barman del Harry’s New York Bar de Paris después de la Primera Guerra Mundial. A la hora de bautizarlo, Harry se acordó de uno de los clientes más fieles, un capitán del ejercito que siempre venía y se iba del local en una moto con sidecar.